Otra Reforma de la educación!!!!!

El ministro Wertz nos ha anunciado ayer los cambios que quiere plantear en el sistema educativo. De nuevo se cumple la consigna de: Ministro nuevo, reforma nueva!! Parece que esta es una máxima que se cumple inexorablemente cada vez que hay un cambio de gobierno. Como gráficamente me comentaba un amigo hoy mismo, cada uno tiene que «echar su meadita» para dejar su marca de que pasó por aquí. Yo me pregunto si hay sistema educativo que resista este cambio continuo. Justamente, como ya se ha comentado repetidamente, una de las características de los sistemas educativos mejor valorados es la estabilidad de su legislación educativa. Lo cual no significa que no se vaya adaptando a los avances en el pensamiento pedagógico y de la sociedad. Son criterios perfectamente compatibles.
En el caso español no creo que estas reformas se puedan considerar como resultado de avances educativos. Más bien, si atendemos al contenido de lo que nos propone el ministro, sería todo lo contrario. Volvemos a supuestos pedagógicos declaradamente retrógrados. Pero esta es una señal de los tiempos, sin duda. Los avances educativos y las políticas educativas, no caminan de la mano. Más bien lo hacen en sentidos opuestos. Esta reforma, desde mi punto de vista, hay que valorarla entonces desde otra posición: responde exclusivamente a criterios ideológicos. Como la mayoría de los últimos 80 años, sin duda. Y quién diga lo contrario, una de dos, o está ciego, o miente. En el caso de nuestro ministro, quizás haya que valorar que es neófito en esto de la educación, y está haciendo un curso acelerado. Como es lógico, así es difícil asimilar la lección, por lo que se queda en las consignas, excluivamente (las políticas, por supuesto).
A lo largo de la campaña electoral, y mucho antes, se llenaron todos los políticos la boca de hablar de pacto educativo. Nuestro desaparecido presidente, Rajoy, lo expresó en muchas ocasiones. No se cual es el concepto de Pacto que maneja Wert, pero esto se parece más a una imposición (no quiero hacer uso de expresiones más gráficas, pero sin duda más groseras). Lo que anunció ayer no es la apertura de un proceso de diálogo y debate público y democrático sobre el sistema educativo que queremos los españoles para los próximos 50 años, sino el anuncio de los cambios que sí o sí, va a realizar. En el caso del inexistente acuerdo social, al menos se maquilló un poco, aunque el decretazo va a caer con convocatoria de huelga del propio Rajoy incluida. Ya tiene mérito! El presidente de gobierno llamando a la huelga!.
En cuanto al contenido de los cambios que hace, la prensa está dando debida cuenta. Sólo planteo algunos comentarios. El primero, sin duda, con la noticia estrella: desaparece la Educación para la ciudadanía para aparecer (chistera incluida) educación cívica y constitucional. Eso sí, objetiva y exenta de cuestiones conflictivas. No se lo que sabe este señor de la objetividad, pero plegarse a las exigencias de la conferencia episcopal y de los sectores más reaccionarios del país, no parece que sea tener mucha objetividad. Yo entiendo que en el dogmatismo acrítico que caracteriza a la Iglesia, entiendan que su pensamiento es el único e indiscutible, ya que es el revelado por dios, pero que yo sepa, Wert no tiene tal potestad, de hablar con boca divina (también dudo de los obispos en este sentido. Pero claro, en este tema dudo de casi todo). Una autoridad laica, que responde a una sociedad plural, no debería hacerse cargo de esta «objetividad» sin criterio. Señor ministro, la objetividad en este tema, como en tantos otros, es una falacia. Es una tapadera para ocultar las intenciones y las ideologías propias. En democracia, la única objetividad es el respeto, el diálogo, y la diversidad. Y eso no está garantizado con esta propuesta.
La segunda perla es reducir un año la ESO, obligando al alumnado a orientarse académica y profesionalmente a los 15 años. La tendencia internacional, para empezar no es esa, pero la pleitesía a Merkel (perdón a Europa) parece que sólo tiene que ver con lo económico. Aunque hay una mirada de reojo en toda esta reforma al modelo alemán, que no es precisamente el que marca la pauta del avance en educación. Como se está repitiendo en todos los foros, todo lo que sea adelantar la decisión del alumnado es ir en contra de la igualdad de oportunidades, ya que favorece a aquellos que cultural y económicamente, tienen resueltas sus opciones. Para el resto, es una salida fácil, para desviarlos (¿expulsarlos?) antes. Un año de permanencia obligatoria en un nivel educativo pensando para continuar es generar un conflicto en el primer año del mismo. El alumnado que no tiene intención de seguir sus estudios, va a tener que iniciar un nivel por la única necesidad de seguir un año más, no porque mejore sus expectativas educativas. En la FP. sin duda, esto va a ser insostenible.
Yo me pregunto: ¿Qué evaluación, diagnóstico, análisis, etc. (con datos) se ha hecho para afrontar esta reforma de este modo? Se puede afrontar un cambio como este sin una mínima valoración de la situación? Se actúa a partir de impresiones, (o de presiones, quién sabe), por rumores, por suposiciones,… No hay ninguna evaluación que lo avale. ¿No sería mejor, intentar afrontar una mejora de las condiciones educativas que favorezca que el alumnado se comprometa más con su educación, que reforzar un sistema excluyente y segregador? A los jóvenes no les interesa la educación porque está alejada de su mundo, y eso no lo va a cambiar modificar su modo de estar en este sistema. Hay que afrontar un cambio radical del sentido de la escuela y de su papel en la construcción de la sociedad, con los valores de justicia, equidad y solidaridad como finalidad. La excelencia no debería ser la selección de los que mejor sobreviven (siempre los mismos) sino favorecer que todos crezcan. Pero claro, esto también es ideológico.
Sin duda … seguiremos hablando de la reforma…